29 abril 2006

PECADOS CAPITALES (II) La avaricia

Esta es la asombrosa historía de Juanito, el hombre que siempre quería más y nunca se conformaba. “Juanito”, le decían sus amigos, “¿para que quieres tanto?”, “nunca es tanto”, respondía Juanito llevándoselo todo.

Siempre actuaba igual, se llevaba todo lo que podía, le daba igual si alguien se quedaba sin nada, y los que le conocíamos siempre le decíamos “la avaricia rompe el saco”, y el respondía “ya veremos”, y seguía con el acaparamiento.

En el colegio cuando se repartían caramelos él siempre se las apañaba para llevarse más que los demás y la profesora le decía, “la avaricia rompe el saco”, y el sonreía y respondía, “ya veremos”.

Cuando encontró el primer trabajo en aquel restaurante todos sus compañeros se repartían las propinas, pero él se quedaba a escondidas con lo que podía y los compañeros le decían, “Juanito, que la avaricia rompe el saco”, él sonreía y no hacía caso.

Al cabo de los años a causa de su avaricia amasó una gran fortuna, que le ayudó a quedarse con los negocios de otros empresarios más pequeños, a su alrededor le avisaban, “Juanito que la avaricia rompe el saco”, y él sin dar importancia seguía con lo suyo.

Ya en el lecho de muerte todos fueron a verle, aunque en el testamento había ordenado que le enterraran con el dinero que había acaparado durante toda su vida.
Su hermano, que había aprovechado un momento en el que todos habían salido de la habitación para quedarse a solas con él, se le acercó y le preguntó muy bajito al oído, “¿Por qué has actuado así toda la vida? ¿No sabes que la avaricia rompe el saco?”. Juanito sonrió y sacando fuerzas de donde pudo se giró y abrió un cajón de la mesilla de noche. Sacó unas tijeras grandes, negras y se las enseñó a su hermano. “¿Esto que significa?”, preguntó el hermano confundido, “devuélveselas” dijo Juanito acercándole las tijeras, “¿a quien?”, preguntó el hermano confundido, “a Avaricia”, respondió Juanito, “son suyas, se las robé hace mucho tiempo”, “¿Por qué?”, preguntó el hermano sin dar crédito a lo que oía. “Muy sencillo…” dijo Juanito con dificultades, “para que no me rompiera el saco”.

Y entonces Juanito murió al fin con el saco lleno y sin romper, y desde ese día la avaricia volvió a romper sacos.

27 abril 2006

Superhéroe Prejubilado

No, no me miréis así, no lo pienso volver a hacer, lo tengo decidido, no esperéis que despliegue mis alas y eche a volar, esta vez no os dejaré con la boca abierta, esta vez no moveré un dedo, que lo haga otro.

Estoy harto de sacaros siempre las castañas del fuego por un simple “gracias”.
No prestáis atención y volvéis a caer 25 veces en la misma piedra por que sabíais que vendrían a salvaros. Que fácil, ¿creéis que disfruto cada vez que os libro del peligro? ¿creéis que no me cuesta batir las alas una y otra vez?.

No voy a desgastar más fuerzas en vano. Por cada una buena acción que llevamos a cabo los 4 superhéroes que estamos en activo, se producen 10 malas acciones en otros lugares. Así no adelantamos nada, es como intentar apagar un gran incendio meando contra las llamas. No se ve la más mínima intención de arrepentimiento. A partir de ahora voy a ser uno más, y voy a contemplar la autodestrucción del planeta como el resto de los mortales, aunque haya veces que una voz interior me anime a desplegar las alas, no la haré caso.

No necesitaríais superhéroes si la labor que hacemos 4 privilegiados la llevaseis a cabo entre todos.
Cierro la puerta del armario donde he guardado el super-traje, espero que para siempre.

Me siento al borde de la cama y miro al espejo. Me levanto y decido desplegar las alas por última vez. Una lagrima cae por mi mejilla al recordar todas las misiones que he llevado a cabo y pensando en las que no estaré.

Al día siguiente soy portada en todos los periódicos: “el afamado superhéroe se retira prematuramente dejándonos en la estacada”. Cierro el periódico y me doy cuenta que he pasado de superhéroe a super villano de la noche a la mañana.

A la hora de juzgar ¿Por qué pesa más en la balanza una acción mala que cien buenas?

25 abril 2006

La Abuela

Siempre la he recordado así, arrugada, sin dientes, su pelo totalmente blanco y recogido con un moño. La abuela me daba miedo, no me gustaba quedarme a solas con ella en aquella casa tan vieja, con ese olor a viejo. Esa mezcla del aroma de sus guisos y de humedad. Recuerdo las tardes soleadas, cuando entraban los rayos a la habitación de arriba, el suelo crujía al pisar y afuera se oían a los otros niños jugar.

Cuando venía al pueblo con mis padres me ponía muy nervioso. Al bajar del coche mi abuela corría las cortinas y asomaba su cabeza. Siempre estaba igual con su vestido negro, su peinado recogido y ese olor característico, que ahora después del paso de los años todavía lo noto. Cuando entrábamos en casa con las maletas olía a ese cocido que siempre nos preparaba el primer día.

Íbamos poco, dos veces al año más o menos, y siempre me lo encontraba todo igual. Subían mis padres con las maletas a las habitaciones y yo me quedaba husmeando por abajo a ver si había alguna novedad. Las moscas se posaban en la mesa y luego revoloteaban otra vez. De unos ganchos colgaban ajos y cebollas, y de otros chorizos y sartenes. Me subí en un cubo para poder mirar por la ventana. Desde allí se veía el corral, donde 5 o 6 gallinas paseaban de un sitio a otro. Me bajé del cubo y al darme la vuelta me asusté, por qué allí estaba ella mirándome silenciosa. Fui hacía la puerta y al pasar junto a ella me tocó la cabeza alborotándome el pelo. Yo forcé una sonrisa y salí.
Mis padres ya bajaban hablando y yo subí a las habitaciones.
Entré en la habitación pequeña, la mía. Olía a humedad, aunque mis padres habían abierto la ventana para airearla. Me senté en la cama y el blando colchón se hundió haciendo crujir los muelles. Allí me quedé pensando hasta que mis padres me llamaron para comer.

Lo peor de la estancia en el pueblo eran las noches. Mi habitación colindaba con la de la abuela y me costaba conciliar el sueño sabiendo que ella se encontraba tras esa pared. Sólo oía ruidos, tanto afuera en la calle cómo en el ático, los paseos de los ratones.

Parecía que ya me había dormido y algo me despertó. Abrí los ojos pero no me moví, tapado con la manta hasta la mandíbula me quedé quieto escuchando, y lo volví a oir, un gemido venía de la habitación de al lado. Algo pasaba. Mis padres parecían dormidos, ajenos a los ruidos que no cesaban. No sabía que hacer, yo seguía acurrucado en la cama, temblando de miedo y deseando con todas mis fuerzas oir la voz de mi padre diciéndome que no pasaba nada, pero lo único que sonaban eran aquellos lastimosos gemidos. ¿Y si la pasaba algo a la abuela?. No se como pasó, pero tomé la decisión de levantarme e ir a ver que pasaba.

El suelo estaba frío y a cada paso crujía. La noche no estaba oscura del todo y algo se veía. No se como podía avanzar. El miedo me atenazaba las piernas, pero llegué hasta la puerta de mi habitación y desde allí observé el pasillo y la puerta de la habitación de la abuela que estaba abierta como siempre.

Lo que duró el trayecto seguí oyendo los lamentos, aunque ahora se oían más bajo. La abuela estaba tendida en la cama, boca arriba, con los labios entre abiertos, pero sin moverse.
Llegué hasta la cama y me paré mirándola fijamente. Tenía los ojos abiertos y miraba al techo. De su boca salían débiles gemidos entrecortados.

¿Y ahora qué? ¿Debería llamar a mis padres? ¿La toco? ¿Qué hago?. Y en medio de esta avalancha de indecisiones la abuela posó su mirada en mí y me rozó con su mano izquierda.
Di un respingo y retrocedí un paso instintivamente. Su mano seguía buscándome y yo me meé encima. Fue entonces cuando la abuela logró articular mi nombre y yo salí corriendo de allí con lagrimas en los ojos.

Me metí en mi cama y me tapé entero poniéndome la almohada por encima de la cabeza para no oir nada y seguí llorando hasta que me dormí de agotamiento.




A la mañana siguiente me despertaron los rayos de sol que entraban por la ventana y daban directamente en mi cara. Me protegí los ojos con una mano y me quedé un instante intentando recordar lo sucedido durante la noche.
No estaba muy seguro si había tenido una pesadilla o había sucedido realmente.
No le costó mucho darse cuenta que lo de anoche había ocurrido de verdad, pues todavía tenía mojado el pantalón del pijama, que asco.
La puerta de su habitación ahora estaba cerrada, no podía oir lo que pasaba en la casa. Por la luz que entraba estaba seguro que los demás ya estaban todos levantados.
Se acercó a la puerta y escuchó. No se oía nada. Agarró el pomo, lo giró y abrió la puerta lentamente.
Lo primero que hizo fue mirar hacía la habitación de la abuela, estaba cerrada. Me dirigí hacía allí y a la mitad del camino se abrió y salió mi madre cerrando la puerta tras de sí. Forzó una sonrisa y me dio los buenos días. Me agarró de la mano y bajamos las escaleras hacía la cocina, yo no podía apartar la mirada de aquella puerta.
Llegamos a la cocina y teníamos visita de unos vecinos que me fueron dando besos y saludando. Mi madre se dispuso a hacerme el desayuno, labor que casi siempre hace la abuela.
Arriba se oía ruido, en la habitación de la abuela había alguien. No tenía apenas hambre, todavía estaba preocupado pensando en el incidente de anoche, así que comí una galleta y me bebí el tazón de leche.
Mi madre bajó ropa e hizo que me vistiera allí abajo en una salita y luego me mandó salir a la calle a jugar con otros niños. No tenía muchas ganas de jugar y me pasé toda la mañana sentado en un carro vacío que había delante de la casa.
Durante toda la mañana entraron y salieron casi todos lo habitantes del pueblo e incluso otros que venían de fuera. Se acercaba la hora de comer y yo ya estaba aburrido de ver entrar y salir gente. Entré en casa y fui hasta la cocina, no estaban mis padres, pero había dos señoras que me miraron sin decir nada.
Subí las escaleras y otra vez cuando me disponía a entrar en la habitación de la abuela salieron mis padres y más gente y me llevaron con ellos hacía abajo.
Se fueron todos a la hora de comer y nos quedamos solos mis padres y yo, y fue entonces cuando me decidí a preguntar, “¿la abuela?”, mis padres se miraron, pero se notaba que ya tenían pensado que contestarme, “está durmiendo hijo, está un poco enferma”. Recordé los gemidos de la noche y no dije nada más.
Comimos, mis padres estaban cansados. Mi padre se fue nada más comer y mi madre me mandó de nuevo a jugar. Salí pero volví pronto. La casa estaba en total silencio. Fui a la sala y allí dormía mi madre en un sillón.

Decidí que era el momento de descubrir que estaba pasando allí. Subí las escaleras sin hacer ruido para no despertar a mi madre. Llegué arriba y me planté ante la puerta que abrí muy despacio.
La habitación estaba muy oscura y olía distinto que otras veces. Las cortinas estaban echadas pero un pequeño haz de luz pasaba y llegaba hasta la cama.

Pasé y pude ver a mi abuela, tumbada pero vestida, rodeada de flores. Me acerqué a la cama y cuando estaba lo suficientemente cerca me quedé observándola y no daba ningún atisbo de vida. La toqué una mano, esa mano que anoche me buscaba ahora yacía allí fría e inerte. Volví a mirarla a la cara y fue entonces cuando ví que la abuela abría los ojos y morándome dijo, “Tú me dejaste morir”. Como anoche, di un paso atrás y abrí los ojos como platos, y entró mi madre por la puerta, abrazándome, “¿Qué haces aquí? ¿no te dije que fueras a jugar?”, “mamá, la abuela…”, “la abuela está muerta hijo, vamonos fuera”. Yo seguía temblando y antes de salir de la habitación pude echar un último vistazo y la abuela seguía tumbada con los ojos cerrados, “mamá, la abuela…”, “deja a la abuela en paz y vete a jugar”.

Al día siguiente enterraron a mi abuela y con ella se fueron las noches de buen dormir. Han pasado 25 años y todavía me despierto oyendo los gemidos de mi abuela, y esa mano que rechacé.

Nunca comenté lo sucedido con nadie y nunca volví a aquella casa del pueblo.
He vivido con la culpa toda mi vida y con la culpa moriré en cuanto pase el tren de las 12:00, y yo deje de sentir ese olor característico que desprendía la abuela.

22 abril 2006

Triste y Sólo (V)

Llevo ya un mes sólo, sin los míos. Estoy más triste de lo que pensaba, pero me las voy arreglando.

Hace una semana fui atacado por un leopardo, casi no lo cuento, me dio un arañazo en el lomo, aunque ya está curando todavía me duele. No se puede despistar uno ni un segundo, todo el día y la noche en alerta. Antes al ser más, si no alertaba uno lo hacía otro.

Estoy buscando el sitio perfecto donde asentarme, pero ninguno me acaba de convencer, además los demás monos me miran con recelo y desconfían de las intenciones de un mono solitario.
Por aquí escasea un poco la comida, la vegetación no es tan frondosa y hace más frío.

Todavía por las noches pienso en mi grupo, que estarán haciendo, habrán encontrado ya un sitio donde vivir, y lo más importante ¿me echarán de menos?

Se hace de noche y aunque hay luna no se ve muy bien. Me subo a un árbol e intento acomodarme para dormir. Se oyen ruidos de otros animales y me cuesta dormir. Tiemblo de frío y miedo pero al final lo consigo.

Tengo pesadillas y me despierto asustado. Intento volver a dormir pero vuelve la misma pesadilla una y otra vez. Sueño que la selva echa a arder por los cuatro costados y todos sus habitantes corren despavoridos y al final mueren todos churruscados y quedo yo sólo entre tierra ennegrecida y humeante y cadáveres chamuscados.

Ya está amaneciendo y casi no he dormido. Mierda, otra noche igual. A ver si hay suerte a la siguiente…

21 abril 2006

Divagaciones Accidentales

Por mucho que piense en algo original siempre tendré la duda si se me ha ocurrido a mí o me he dejado llevar por algo que he leído anteriormente. O sea que cuanto más leo menos posibilidades de escribir algo original tengo.

A veces me da la sensación que ya está todo escrito y sólo nos hace falta encontrarlo. ¿para qué perder el tiempo en escribir entonces?¿Por que no uso ese tiempo para encontrar lo ya escrito?

Cuando leo absorbo. Cuando escribo escupo. Que difícil es absorber y escupir a la vez, siempre acabas atragantándote.

Como podéis comprobar actualizo muy a menudo el blog, eso quiere decir que tengo mucho para escupir (que mal suena eso de usar el blog de escupidera), aunque a veces pienso que más que escupir vomito frases incoherentes que he digerido mal por leer tanto sin escribir nada.

Para no ahogarte tienes que:
- 1º coger aire
- 2º echar aire
y hacer esto sucesivamente y en orden (no vale coger aire 3 veces seguidas y luego expulsarlo en 5).

Voy a intentar escribir-leer moderadamente y en orden, no sea que tanto expulsar aire me ahogue.

Ahhh! Que bonitas son las letras de escribir y que feas las de pagar. Je,je.

20 abril 2006

Pecado Capital I (Gula)

Juanito devoraba con ansiedad aquel pastel de chocolate. Sus manos, su cara y su ropa estaban manchadas. La mandíbula trabajaba con rapidez y los mofletes no se relajaban en ningún momento. Antes de haber tragado todo ya se estaba metiendo nuevos cachos en la boca.

Juanito pesaba 85 kilos y tenía 10 años. Era una maquina de engullir. No había quien le ganase cuando se trataba de comer. Los padres no le negaban nada, todo lo contrario. Bastante tenía el pobre con las mofas de los compañeros del colegio.

Juanito se sofocaba mucho cada vez que se movía un poco. En el recreo no jugaba con los demás, sólo miraba mientras se comía algo. No lo podía remediar, cada vez que veía comida se relamía y lo deglutía con rapidez.

A Juanito se le quedaba la gente mirando cuando pasaba por la calle, a él no le importaba todavía, pero dentro de unos años le importará.
Los padres de Juanito serán los culpables de que en unos años le de vergüenza salir a la calle. Los padres de Juanito serán los culpables de que no pueda levantarse de la cama. Los padres de Juanito serán los culpables de la muerte prematura de Juanito. Algún día Juanito reventará y los gusanos no podrán parar de comer movidos por la gula.

19 abril 2006

1, 2, 3, 4…

Aquí estoy, acurrucado entre una gran roca y un arbusto frondoso.
No siento las rodillas y no se si seré capaz de andar cuando me encuentren.
No se el tiempo que llevo en esta situación pero ya me empiezo a preocupar por mi estado de salud. Si los cálculos no me fallan este es el octavo día.
Desde el primer instante que vi el sitio supe que era perfecto, pero tanto como para llevar 8 días…

Hace mucho que ya no oigo a nadie, pero no me fío, igual callan para que yo me confíe y salga, lo llevan claro. ¿Seré el último que queda?, seguramente, los demás habrán caído uno a uno.

Tengo hambre, y desde anteayer cuando cayó aquella tormenta creo que me he resfriado. ¿Salgo ya? ¿y si me ven después de tanto tiempo? Mejor espero otro rato para asegurarme.
Anoche me pareció oír unos pasos que se acercaban pero resultó ser un ratón.
Me encuentro muy débil, creo que me voy a rendir por que aunque quisiera creo que ya no sería capaz de llegar hasta la casa, aunque igual si me estoy quieto un rato más quizás…

Un perro olfateando llegó hasta su cuerpo. “¿Es éste?” preguntó el policía. “”, respondió una chica morena de unos 30 años, “dios mío, ¿cómo ha podido ocurrir?”. El policía, arrodillado frente al cuerpo preguntó, “que estaban haciendo cuando desapareció?. La chica se quitó las manos de la cara roja de llorar, “jugando al escondite”, respondió entre sollozos, “lo que pasa es que siempre se ha tomado muy en serio los juegos y con tal de ganar era capaz de cualquier cosa”. El policía se volvió hacía la chica y la dijo, “se nota, por que en su cara se dibuja una sonrisa…”. La chica salió corriendo hacía la casa y cuando llegó a la pared apoyó su mano y dijo en alto: “por Juan que está en el suelo entre la roca y el arbusto…”
El Gilipollometro

Mucha gente opina que los videojuegos son malos por que luego al salir a la calle se tiende a imitar lo que se vio en ellos. Yo creo que ocurre todo lo contrario, que los videojuegos son una vía de escape y de desahogo en los cuales puedes soltar toda esa adrenalina sobrante que llevamos dentro, acumulada con el stress diario en el que vivimos.

Una vez soltado este discursito introductorio voy a explicar mi teoría. Los humanos (con nuestros cerebros limitados) tendemos a hacer burradas, y a confundir a veces la realidad con la ficción. (esto cuando lo hacemos la mayoría lo denominamos normal y no nos lo tratamos, sin embargo cuando es cosa de unos pocos lo llamamos enfermedad mental y se lo hacemos mirar.)
Tendemos a demostrar lo listos, hábiles o machos que somos sin que nadie nos lo pida, sin pensar en las consecuencias que puede conllevar.

Uno de los casos más claros es el comportamiento de los “humanos??” cuando nos ponemos delante de un volante. Nuestro cerebro muta, se nos olvida lo que duele un golpe y que todavía no somos inmortales.
¿Os imagináis que tuviéramos una pistola y nos pusiéramos a disparar a ciegas?¿que burrada verdad? Pues lo mismo pasa cuando usamos el coche como si fuera un videojuego, cuando te la pegas no puedes empezar una partida nueva.
Por favor, elijamos otra forma menos dolorosa para demostrar nuestra estupidez, hagamos carreras a la pata coja con un orinal a la cabeza, lancemos salibazos al aire para ver a quien le cae o concursemos en “humor amarillo”.

Desahoguemos nuestras tendencias homicidas en los videojuegos y juguemos a la ruleta rusa con un plátano. Dejemos de esparcir nuestros cerebros por las carreteras aunque no los usemos.
Otro apunte antes de terminar; ese aparato que tiene una aguja y números del 0 al 240 que cuando pisas un pedal con tu pie derecho sube y si lo sueltas baja no da premio si lo pones al máximo, (que muchos parece que creen eso), se llama gilipollometro y marca tu grado de gilipollez, o sea que háztelo mirar.

18 abril 2006

La Marcha (IIII)

Ya están muy cerca y mis congéneres no se enteran del peligro que corren. No son conscientes de que si no huyen hacía el interior morirán o serán atrapados por los humanos.
Todos los días pasan cientos de animales huyendo del caos y destrucción. Corren asustados buscando un nuevo hogar que algunos no llegarán a encontrar.
Mañana haré algo para que estos monos tontos comiencen el éxodo hacía el norte o cuando quieran reaccionar ellos ya será demasiado tarde.

Después de pensarlo mucho he decidido que yo no les acompañaré. Me iré sólo. Voy a independizarme. Me dedicaré a recorrer el mundo a mi antojo. Ya no aguanto más esta monotonía de estar siempre en el mismo sitio y con los mismos monos todo el rato.
Son un lastre para mí, aunque no les culpo. Nadie tiene la culpa de que yo sea demasiado listo para estar con los monos y demasiado tonto para estar con los humanos, bueno con algunos humanos.

Ya se han ido todos. He tenido que fingir que se acercaba unos temibles depredadores con la intención de atacar nuestro clan.
No ha hecho falta insistir mucho, son fáciles de engañar. Correrán sin mirar atrás durante varios días hasta que crean estar a salvo. Seguramente no notarán mi ausencia. Pronto se adecuarán al nuevo lugar y volverán a la rutina diaria.


Observo el lugar por última vez antes de irme en otra dirección. Oigo el rugir de las motosierras al fondo y al rato el estruendo de otro árbol que cae.
No pensé que me iba a dar tanta pena dejar a los míos ni este lugar. Oigo el grito de un mono a lo lejos, aunque no me suena familiar.
Cabizbajo y arrastrando el rabo me alejo de allí sin mirar atrás. Cómo duele arrancar las raíces y echar a andar.
La Próstata del Abuelo

Hoy Juan ha comprado el perro que abandonará en agosto.

Todos en casa le acogen con júbilo y expectación. Mueve el rabo agradecido. Todas las miradas clavadas en él. Su lomo soporta los toqueteos de los más pequeños.

Los primeros días son los mejores. Hoy se pegan por darte de comer, por sacarte a pasear, por tirarte la pelotita.
Mañana no serás ya motivo de disputas.
Pasado volverán a reñir para ver quien “no” te da de comer, quien “no” te saca a pasear, y nadie te tirará ya la pelotita.

A la hora de programar las vacaciones nadie se va a acordar de ti, y si te haces oír y se acuerdan entonces será peor.

El rincón de tus juguetes cada vez está más vacío, y los pocos que quedan están cada vez más rotos.

El verano se acerca. Tu lomo cada vez recibe menos manos. Los días se alargan y tu correa cada vez es más corta.

El perro de Juan ya tenía escrito el destino el día que llegó. Vino en vacaciones y se irá en vacaciones. A él no se le olvidará, a Juan ya se le ha olvidado.

Hizo su último viaje intuyendo su destino, aunque iba a hacer cómo si no se diera cuenta para no hacerlo más difícil.

Por fin paró el coche y todos salieron, yo también. Miré a cada uno de ellos por última vez, sintiéndome cómo preso en el corredor de la muerte. Ningún atisbo de pena en sus caras, eso me dolió.

Todo fue muy rápido. Cuando quise darme cuenta ya estaba alejándose el coche. Cuando parecía que nadie iba a mirar hacía atrás, el abuelo giró la cabeza y durante un instante se vio reflejado en mí, y de repente no se sintió seguro, y fue entonces cuando decidió que en la próxima gasolinera no iba a bajarse a mear.

17 abril 2006

Vendetta

Ja, Ja, Ja (risa maligna), el que rie el último rie mejor.
Como tu me sacaste ayer en tu blog http://elblogdejotate.blogspot.com/ hoy te voy a sacar yo en el mio, que lo sepas txikitiña (con todo el cariño, ya lo sabes) y encima te estoy haciendo publicidad gratuita.
Un besote para mi gaiteira.

16 abril 2006

La Aparición

Aparecieron de repente, sin darme tiempo a reaccionar.
Cada uno por un extremo de la habitación.
Nadie se explicaba de donde podrían haber salido.

Antes de gritar comprobé que no estaba en medio de una pesadilla.
Por un momento llegué a pensar que se irían como si no hubiera pasado nada.
Pero allí seguían parados, mirándonos fijamente. Esperando una señal para abalanzarse sobre nosotros.

Afuera ya había oscurecido. El viento soplaba fuerte, llevando y trayendo las nubes. Unos ladridos sonaban a lo lejos, pero allí se podían oír los latidos del corazón desbocado de miedo.

El reloj de pared marcaba las once y diez. No creo que tuviera nada que ver con aquella visita repentina pero quedaría en el recuerdo para siempre.

No sabía que habrían venido a hacer. Ellos no se tomaban tantas molestias si no era por algo verdaderamente importante, por lo menos eso era lo que se comentaba por ahí.

Yo no sabía que hacer. No sabía si quedarme quieto o intentar escapar. No sabía si hacerles frente o echarme a llorar y derrumbarme sin más, pero lo que si era seguro es que si no actuaba pronto luego sería demasiado tarde para cualquier decisión.

Empecé a notar un sudor frío por la frente, mi cuerpo parecía pesar cuatro veces su peso y cada vez veía más puntos blancos moviéndose de forma aleatoria por mi campo de visión. Las piernas me temblaban y parecía que en cualquier momento iban a fallarme.

Ellos seguían sin inmutarse, como si supieran que tarde o temprano yo desfallecería y dejaría de ser consciente de mi suerte. Eso hacía que yo me pusiera cada vez más nervioso y que todo girase rápido alrededor de mi cabeza.

Un zumbido se instaló en mis oídos y al poco las rodillas no aguantaron más y dejaron que mis piernas se doblaran cayendo hacía adelante.

Eso fue lo último que recuerdo. Y no sé por qué ahora me encuentro tumbado en la cama de mi habitación cómo si no hubiera pasado nada, haciéndome cientos de preguntas que no sé contestar.


12 abril 2006

Diario de un Mono

Hoy todos están contentos. Mimi la mona anaranjada que se unió a nuestro grupo el año pasado ha parido 2 cachorros. Yo todavía no me he acercado a mirar. Esperaré a que se pase todo el jaleo y los demás monos vayan despejando la zona poco a poco.
Hay muchas posibilidades que los cachorros me pertenezcan, pues a Mimi la he montado varias veces desde su llegada. Aquí estos asuntos de paternidad no constituyen ninguna preocupación para los posibles padres. Nadie se lo cuestiona, bueno nadie menos yo. Luego iré a ver su aspecto, si son míos supongo que lo notaré.

…..

Han pasado unos días desde que nacieron los cachorros. Por mucho que les miro no encuentro parecidos razonables que denoten que yo soy el padre. Tendré que esperar unos meses para ver su comportamiento.
Físicamente yo también parezco un mono más. Tienes que fijarte en mi comportamiento para darte cuenta que soy un mono especial, más listo que la media de los monos.
Si esos cachorros son míos tendrán un comportamiento más inteligente que el resto del grupo.


…….

Han pasado ya 4 meses del nacimiento de Pekín y Tuntún, y o mucho me equivoco o esos monitos no son míos.
Es una pena por que me había hecho ilusiones. Ya me imaginaba los dos monitos más espabilados que el resto, en el futuro podría entenderme con ellos y compartir mis ideas que los demás no tienen.
Hay están los dos jugando todo el rato para arriba y para abajo, ajenos a los problemas que nos acechan. Bueno, que se le va a hacer, otra vez será. Por cierto esa que va por ahí es Mimi…voy a probar suerte.
Todo por la Pasta

Una idea surge y de ella nace una canción, una película, un texto, un dibujo, una obra de teatro, cualquier muestra de arte o cultura.
La intención del autor es darla a conocer y compartirla con el resto de los mortales, para que la disfruten (por lo menos eso es lo que a mí me gustaría si de mí cabeza saliese alguna buena), pero parece ser que ese no es el objetivo fundamental de muchos que dicen llamarse artistas, escritores, cantantes, actores, dibujantes.

Cuando escribes una canción o escribes un libro ¿Por qué lo haces? ¿Para sacar a la luz esa cualidad que tienes de dibujar bien, o ser un buen actor?¿O nos engañas a todos y sólo lo haces para ganar dinero fácil en poco tiempo, disminuyendo la calidad de la obra al hacerla presionado por una fecha o unos requisitos?
Me cobráis por escuchar una canción. ¿Acaso no queréis que la escuche muchas veces por que me gusta? ¿Me cobráis por difundir cultura?¿Por qué tratáis vuestras obras cómo mercancía?

Sólo se me ocurre una cosa, que no sois lo que decís. Os hacéis llamar artistas y sois churreros. Anteponéis el negocio al arte. Dais prioridad a la cantidad por delante de la calidad y no conformes con eso os intentáis cargar al verdadero artista por que os quita ventas.

Los discos se venden por una canción. El cliente que compra el disco a un precio ya desproporcionado es estafado la mayor parte de las veces pues las demás canciones son de relleno.

Las películas se hacen en función del dinero del que dispongas. Cuanto más dinero se invierte en una película menos se invierte en un buen guión.
Si un libro se vende mucho es llamado best seller, si se vende poco no existe.
Encima estos mercaderes que están cargándose la cultura poniéndola precio, para asegurarse del lucro se apoyan en una “entidad” que cómo si de unos sicarios se tratara se dedican a acosar y derribar al que no pase por el aro y al que no acate unas reglas comerciales que ellos mismos han impuesto.

Con estas medidas están haciendo que el que no salga rentable económicamente desaparezca, imposibilitando a los pequeños artistas a difundir sus ideas.
Luego echan la culpa de no ganar más de lo que ganan a la difusión de ideas y cultura, comparando esta practica con el narcotráfico o el tráfico de armas.
Si no queréis que vuestras obras lleguen a todo el público no lo saquéis a la luz.

Por una cultura libre. No a la privatización de las ideas.

11 abril 2006


Espejo Mágico

Paulina tiene un espejo que la engaña.
Tiene un espejo que la está matando.
Paulina está desapareciendo.
A su alrededor todos callan.
El espejo sonríe.
Paulina confía en el espejo.
Cree que son los demás los que la mienten.
Paulina llora, apenas come.
Al rato vomita la esperanza.
Paulina corre a contárselo a su mejor amigo.
El espejo muestra y Paulina ve a otra Paulina.
Y la verdadera casi ya no existe.

Si un espejo se rompe son 7 años de mala suerte, pero si no se rompe se romperá Paulina.
Toma de Decisiones

Hoy he subido hasta la rama más alta y he podido comprobar que las maquinas avanzan más rápido de lo que pensaba.
No se lo he comentado a los demás monos por dos razones:
- Primero para no preocuparles, lo que tenga que ser será.
- Segundo por que no entenderían lo grave del asunto, ya que son simples monos.
Hubiera preferido no haberlo visto. Lo llevo pensando todo el día y por muchas vueltas que lo doy no encuentro ninguna solución.


Sabía que tarde o temprano ocurriría, eso estaba claro, nadie lo podría evitar. Llevaba tiempo pensando hacia donde emigrar, al este, al oeste o al norte. No era fácil mover a toda esa manada de monos consigo hasta llegar a un lugar seguro donde poder continuar con su vida de mono. Le daba mucha pereza comenzar a discutir con los demás para convencerles del peligro inminente.
Las hembras acababan de parir una nueva camada. Marcharnos ahora sería un suicidio para los pequeños, pero si esperamos un tiempo el frío llegará y será más duro el éxodo.

Otra posibilidad, que a medida que pasan los días va cogiendo peso es la de no decir nada y largarme yo sólo. Sería mucho más rápido sin tener que cargar con los demás.
No sé, de todas formas me da mucha pereza tomar una decisión y comenzar la marcha. Aquí estoy bien, no me falta de nada.

Decidido, me quedo a esperar las grandes sierras. Que sea lo que tenga que ser. Me quedaré aquí con los míos hasta el final. No me apetece pasarme la vida huyendo y buscando que me acepten en otras comunidades.

Seguiré aquí de rama en rama viendo la vida pasar y notando cada vez más fuerte ese olor a madera cortada.
Por un Puñado de Euros

Hay ciertos comportamientos que me causan cierta repulsa. Esa manía de la gente de vender su vida a cambio de un puñado de monedas. A cambiar la intimidad por dinero.
Venden su vida al mejor postor, la boda, el bautizo, el divorcio, las vacaciones, otra boda, etc.
Es cierto que si estas practicas no fueran rentables no se llevarían a cabo, y que si ofrecen tanto dinero por enseñarnos cómo vive gente que ni nos va ni nos viene, es por que la gente paga por enterarse.

No lo podemos remediar, somos así. El interés que mostramos por las vidas de los demás (gente ajena a nuestra realidad) es mayor que el que tenemos por nuestras propias vidas.
Esta es una costumbre muy arraigada y para cubrir la demanda existe gente que se dedica enteramente a vender su vida. Pero estos últimos días estoy observando que se está produciendo un giro en los acontecimientos. Me está dando la sensación que se está llegando demasiado lejos, y que ya no se conforman con vender la exclusiva de todas las decisiones importantes que acontecen en la vida de ciertas personas, sino que se está empezando a negociar con la muerte, y lo digo por el particular caso de Rocío Jurado. Nos están vendiendo su enfermedad, hoy mejora, hoy empeora como si hablasen de la bolsa de Nueva york. Casi todos los días, y no solo en programas dedicados a estos menesteres, también en los telediarios, enseñándonos cómo todos los periodistas luchan por hacerse con las mejores posiciones en la puerta del hospital, esperando cómo buitres carroñeros a ver si se produce la muerte y poder dar la primicia.

No ha podido ser, parece que ahora mejora, y todos sacan las imágenes de cómo sale del hospital.
Un poco de dignidad por favor, que me da hasta vergüenza ajena, y eso que yo no soy de escandalizarme mucho.Dejemos de interesarnos por la vida y la muerte de estos mercaderes de sentimientos y apartemos el morbo de ver sufrir a los demás.

09 abril 2006

Ser Humano Sin Remordimientos

Soy un tipo gordo y despreciable. Tengo mujer, a la que no trato muy bien. Hijos a los que no hago mucho caso, y un perro que abandonaré en agosto.

Reboso en dinero (la mayor parte de él negro), dispongo de lo que quiero (materialmente hablando por supuesto) y hago todo lo posible por triplicarlo, aunque con ello me lleve por delante a otros.

Soy jefe de un negocio. Tengo a mi disposición 20 empleados a los que exprimo todo lo que puedo, y cuando les seco me deshago de ellos.

No tengo muchos amigos y los que tengo sé que lo son por el dinero. Sin embargo sí que tengo muy buenos enemigos.

Soy egoísta, sólo pienso en mí. También soy bastante envidioso, pues lo poco que me queda por tener hago lo posible por tenerlo.

Soy católico, suelo dar donativos al opus dei , soy racista, estoy en contra de los gays, el aborto y la eutanasia, y apruebo la pena de muerte.

Puede parecer, así a simple vista que mi comportamiento no sea muy correcto, pero llega abril y con ello la semana santa, y yo soy cofrade hace unos años, desfilo en las procesiones portando una pequeña cruz y tapado de la cabeza a los pies con un traje de terciopelo verde oscuro adornado con birretes dorados. Se que haciendo esto, más los donativos se me perdonan los pecados, por lo menos eso es lo que me ha comentado el sacerdote de mi parroquia.
Que dura es la vida del pobre capitalista…
Aquí desde una rama

Soy un mono normal y corriente que está harto de saltar de rama en rama.

Soy un mono que ha descubierto que sabe razonar.

No soy un simple animal que come, juega, se reproduce y duerme. Yo se que hay más cosas.

No me atrevo a comentar esto con los demás monos, sé que me mirarían cómo mono loco por qué no me entenderían.

Soy un mono que está cansado de hacer cosas de monos, y soy consciente que toda mi vida la pasaré aquí, en esta selva, a no ser que me lleven a un zoo, circo o laboratorio.

Soy consciente que me estoy aprovechando de la situación:

- dejo que me despiojen y luego yo no hago lo mismo con ellos
- espero a que encuentren comida y luego se la quito
- aprovecho a apalearme con todas las monas, sólo por el mero hecho de disfrutar - y siempre estoy tumbado en la mejor rama del mejor árbol.

En fín, a ver cuanto me dura esta situación. Aunque la verdad esto de pensar tanto es cansado, voy a ver si le quito una banana a ese mono delgaducho que se me ha acercado.

07 abril 2006

NACÍ EN NINGÚN LUGAR

Yo nací en una patera,
No es que me acuerde, lo sé.
No soy de aquí ni soy de allí, simplemente soy.
Mi piel sabe a sal, sal del mar que me vio nacer.
Igual que mi madre, que fue lo último que vio.
Entre reflejos de luna flotando en el agua
Y ruido de olas golpeando la patera

No soy de aquí ni soy de allí
Soy de entre pueblos
Soy del viaje de la esperanza
Soy suerte que llega a playa más solo que antes
La luna testigo es de mi nacionalidad
La mar el lecho que me meció
El miedo el olor que me impregnó
No soy de aquí ni soy de allí
Soy de donde estoy.

02 abril 2006

Ha nacido el hermano pequeño de "Cafkafonías", Cafkafonia 2.
Aunque dicen que segundas partes nunca fueron buenas, espero que no sea cierto.
Mi intención es que este blog sea más experimental. Además me parece más sencillo a la hora de redactar y me deja hacer más cosas.
Disfrutame y comentame. Gracias
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