06 febrero 2014

EL DÍA MENOS PENSADO, CUANDO NOS DEMOS CUENTA...

Todos sin excepción nos vemos obligados a realizar siempre los mismos movimientos. Que a nadie se le pasase por la cabeza improvisar alguna variación en la rutina.

Resignados por el paso del tiempo y por la repetitiva labor encomendada a cada uno, a nadie se le va a ocurrir inventar nuevos pasos, nuevos movimientos, distintas formas de hacer las cosas, son así y punto.

El truco estaba en no pensar. En ejecutar y ya está, que no estaba uno para arriesgarse por meros cuestionamientos, que los tiempos de la rebeldía ya pasaron y bien marcados quedaron en nuestra memoria y en nuestros huesos, bueno más bien en la de nuestros padres que fueron los que más lo sufrieron. Ahora no hay marcha atrás, por lo menos eso es lo que nos han hecho creer. A nadie se le ocurre alzar la voz por encima de lo permitido y si alguna vez algún inconsciente lo intenta lo pagaría con creces.

Lo peor de todo es que esta agobiante situación la veíamos venir, pero se estaba tan bien sentado en el cómodo sofá viendo aquellos programas de televisión que nos decían lo bien que lo estaban haciendo los del gobierno, que cuando quisimos reaccionar ya era demasiado tarde y nos encontrábamos atados de pies y manos (en algunos casos literalmente).

Ahora estoy escribiendo esto pero está prohibido escribir y que alguien lo lea y si alguien lo lee que lo difunda y si se difunde que se hable de ello y si se habla de ello que se critique el método.

Todo ha cambiado, ya nadie se mira a la cara cuando se cruzan, no se si por vergüenza por haber dejado que se produjera esta situación o por temor a la represalia, el caso es que nadie habla con nadie.
En la tele solo hay un canal y solo permiten verlo tres horas al día y con una programación restringida y propagandista. Ni los que siempre habían estado en contra ni los simpatizantes del régimen podían haber imaginado lo que nos esperaba. A veces lo pienso y parece un castigo divino aunque no crea en divinidades ni dioses siempre lo piensas alguna vez. ¿Cuanto durará esto?¿Seremos capaces algún día de levantarnos y negarnos a seguir obedeciendo? Lo dudo, si no lo hicimos cuando aún podíamos extraño me parece que lo intentemos ahora.

Oigo pasos, tengo que dejar de escribir. Tiraré el bolígrafo hacia un lado y el papel hacia otro y disimularé a ver si pasan de largo y si la historia acaba aquí querrá decir que me han pillado y me ha sido imposible finalizarla y me gustaría pensar que tu que te la has encontrado la continuarás escribiendo.