MUERTOS INVISIBLES
El único deseo de Juan era que su muerte fuese noticia en todas las portadas de periódicos y boletines informativos, tanto en radio como en televisión.
Él quería acaparar los medios de comunicación el día que decidiese morir. Que todo el mundo hablase de su muerte. Ser objeto de todo tipo de homenajes y ser adulado por amigos y enemigos.
Lo tenía todo estudiado. Sabía que no tenía que hacer coincidir su muerte con ninguna noticia importante, con ninguna fecha reseñable ni con ningún tipo de eventualidad que pudiera ensombrecer su defunción.
Por fin se decidió por un día concreto. Lo haría de madrugada arrojándose desde el décimo piso de aquel céntrico edificio. Nada podía fallar, nada le impediría al día siguiente estar en boca de todo el pais.
Llegó el día y la hora señalada. Juan lo hizo rápido, sin ningún tipo de titubeo pues ya lo tenía muy pensado. Subió al décimo, abrió la ventana y se lanzó al vacio.
No todo salió como Juan había planeado. El azar y la mala suerte hicieron que al día siguiente nadie hablara de la muerte de Juan.
¿Qué fue lo que quitó protagonismo a la muerte de Juan? Pues otra muerte que se produjo en el mismo lugar, a la misma hora y por la misma causa.
Repito que fue la mala suerte la que impidió a Juan ser noticia pues cuando saltó al vacio dio la casualidad que justo por debajo y en la misma trayectoria se encontraba Rosario Sarmiento la actriz más perseguida por los paparazzis de todas las revistas del corazón, que en esos momentos posaba frente a decenas de fotógrafos con la excusa de un nuevo escándalo sexual.
Así que Rosario Sarmiento que era más joven, más guapa, más rica y sobre todo más famosa que Juan fue portada de todos los periódicos y revistas, se hicieron programas especiales integramente dedicados a ella tanto en radio como en televisión y todo el pais habló de ella y fue adulada por amigos y enemigos y homenajeada en distintas ciudades.
Y de Juan…¿Qué se dijo de Juan?... De Juan no se dijo nada. Juan se convirtió en un muerto invisible, como la mayoría de los muertos que no sirven para ampliar el número de ejemplares vendidos o para subir audiencias en la televisión.
FOTO: BGOODX
8 Comments:
Vaya, es que siempre hay variables. Me gusta cómo has girado el cuento.
Pobre Juan, hasta para morirse hay que coger la vez.
Qué mala suerte de verdad, porque imagínate que el que pasaba por debajo hubiera sido Bush, entonces Juan sería un héroe para algunos... y el país un nuevo lugar lleno de enemigos de la libertad...
Es verdad como cambían las cosas cambiando un mínimo detalle.
Recuerdo la imagen en la televisión, de un Juan aterrizando con cara de perplejidad, casi a los pies de Rosario captado por todas las cámaras que filmaban a esta. De todas formas, hoy en día las muertes han perdido mucho protagonismo y lamentablemente solo importan unas cuantas, como por ejemplo la de Guzmán de Aquiles (O el hombre Guz de un quiles en nuestra lengua). Yo he decidido dejar de morirme pues no capto la atención de nadie, ni siquiera la suya.
Suyo, Gavanido.
Un placer tenerle por aquí sr. gavanido vuelva cuando quiera o cuando pueda tanto vivo como muerto.
muy bueno el relato , pobrecito Juan, morirse pá eso ....
Hombre pesetuca cuando tiempo.
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