21 agosto 2007

EL LADRÓN DE HISTORIAS

Mi intención era escribir algo nuevo, algo distinto. Tenía muy claro que la idea original de comenzar por el principio no era nada innovadora y la descarté sin pensármelo dos veces.

Algo es algo, pensé, por lo menos ya sabía como no iba a comenzar.

Lo de comenzar por el final ni siquiera me lo planteé pues últimamente lo hacen todos y además eso de iniciar la historia con los protagonistas comiendo perdices desluce un poco el transcurso de la misma.

Tenía claro que fuera lo que fuera debería ser algo impactante, que dejase al lector vulnerable a cualquier desenlace posterior.

Todas y cada una de las ideas que me surgían las desechaba de inmediato, ninguna me acababa de convencer.

Pasaban los días y mi relato estaba huérfano de comienzo. Bueno, a decir verdad estaba falto de comienzo, final y cuerpo.

Los días seguían pasando, el plazo de entrega se acercaba y mi imaginación flaqueaba en el peor momento posible.

Todo pareció detenerse a mi alrededor, quizás fuese una nueva oportunidad de buscar ese relato que tanto deseo escribir.

Duró poco tanta quietud, lo justo como para robar las ideas e inquietudes de aquel afamado escritor.

En seguida editaron mi libro, no fue difícil después de todo. La cosa consistía en buscar en otras cabezas lo que en la mía faltaba, una historia que contar, la forma ya iría saliendo.

FOTO: tusique

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pues enhorabuena,los comienzos siempre son dificiles

24 agosto, 2007 11:51  

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