EN LOS CIELOS
No le quedó más remedio que encender la luz aunque solo fueran las cinco de la tarde.
Vaya tormenta que se les echaba encima. Iba a ser de las gordas, de rayos, truenos y granizo.
La oscuridad cada vez era mayor y todavía no se oía el ruido característico que hacía la lluvia al golpear los tejados.
La curiosidad le hizo dirigirse hacia la puerta para poder ver la que se les venía encima.
Abrió la puerta y sus ojos no daban crédito a lo que estaban viendo. Aquello no se trataba de una tormenta sino de cientos de naves voladoras que inundaban todo lo que le daba la vista de cielo.
Apenas hacían ruido y casi no dejaban huecos entre unas y otras. Miró a su alrededor buscando a alguien que pudiera certificarle que lo que estaba viendo era real y no producto de su imaginación pero no parecía haber nadie cerca.
Al instante hizo el amago de ir a buscar su cámara de fotos pero recordó que hoy no la había traído.
Pasó los dos minutos siguientes anonadado mirando al cielo, y las naves tal como vinieron se fueron.
Como podréis imaginar nunca comentó lo de aquella tarde con nadie por que seguramente nadie le hubiera creído.
Ahora cada vez que los cielos se nublan a causa de alguna tormenta sale corriendo a la calle con la cámara de fotos en la mano pero siempre se trata de una tormenta más.
Nunca jamás se oyó nada acerca de aquel suceso y a veces tiene dudas de haberlo soñado. Lo peor de todo es no poder contarlo sin ser tratado como un pobre loco ¿O acaso era un pobre loco?
Foto: .::celuloide::.
2 Comments:
no sé..me da una cierta tristeza! Lo que de pobres nos tornamos hoy que precisamos de una maquina fotografica pa nos hacernos creer...
No importa lo que viese realmente, ni si es un loco o no, lo importante es que uno mismo esté convencido de lo que cree.
Me gustan tus historias
Publicar un comentario
<< Home