TRES HISTORIAS EN UNA
(El desenlace)
Segismundo Sánchez Sánchez hombre viajero donde los haya volvió de una gira por los lugares más lejanos que se conocen.
Él no notó nada pero la verdad es que se trajo consigo ciertos virus que solo se daban en lugares muy lejanos.
A él no le afectó pues era un hombre honrado y trabajador lejano a los puestos políticos pero cientos de ministros, senadores, concejales, alcaldes y presidentes si que fueron afectados.
De la noche a la mañana el congreso, el senado, ayuntamientos y demás centros relacionados con la política se llenaron de hombres menguantes de color azul y con narices enormes.
Nadie sabía la razón de por qué solo afectaba a los políticos, pero no se libraba ni uno.
El caso era digno de estudio pues personas que comenzaban la campaña electoral tan normales acababan menguados, azulados y sobre todo con una nariz inmensa.
Nadie sospechó de Segismundo Sánchez Sánchez. Todos pensaron que fue una maldición que cayó sobre los políticos tan corruptos, ególatras y mentirosos que tenían.
Los efectos eran irreversibles y pronto las calles de todas las ciudades se plagaron de diminutas personas azuladas con grandes narices. El virus se fue propagando por el resto de países y al final el mundo acabó con multitud de diminutos seres humanos azulados y con grandes narizotas.
A partir de aquel suceso se vivió mejor por que los políticos comenzaron a no robar, no mentir y a no creerse el ombligo del mundo y comenzaron a efectuarse campañas electorales honestas.
FOTO: pingnews.com
5 Comments:
Hola. Robar, lo que se dice robar, no creo que roben. Eso lo hacen los que están a su alrededor. Ahora bien, mentir... todo. Y lo demás también. Es la vanidad humana. No pasa nada. Un saludo
¿Acaso no es robar dar ciertas obras a ciertas empresas para que luego a cambio te paguen las campañas electorales?
Eso se llama concurso público
reparten lo que comparten..
la pena es que ese virus no llego a tempo...
reparten lo que comparten..
y se llevan la mejor parte :P
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