OTRA HISTORIA MÁS DEL HOMBRE QUE SALIÓ A COMPRAR TABACO (versión interrumpida)
-“Cariño, me voy a por tabaco”- dijo Luis cerrando la puerta de la calle tras de si.
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Ahora con suficiente tabaco encima como para estar una semana sin salir Luis retornaba a casa, donde le esperaría una sabrosa cena preparada con todo el amor del mundo por su mujer.
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Guardándose las llaves pulsó el timbre y esperó.
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No, no puedo ser más escueto, intento darle un poco de incertidumbre al relato… además ¿Quién está contando la historia tu o yo?, yo ¿verdad? Pues entonces déjame hacerla a mi manera ¿Vale?¿Puedo continuar?
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Después de unos segundos de espera una señora la cual no conocía de nada abrió la puerta.
- “¿Qué se le ofrece?”- Dijo la mujer.
- “Disculpe”- contestó Luis apurado –“me debo haber confundido”.
La mujer cerró la puerta y Luis miró hacia arriba para comprobar el número del piso.
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¿Cómo que para qué?¿Tu no te confundes nunca? Luis mira por si está un piso más arriba o más abajo… a mi una vez me pasó.
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El 5º, su piso, la puerta, la misma, el felpudo es igual. –“que cosa más extraña- pensó –“volveré a llamar”.
De nuevo abrió la puerta la señora de antes. –“¿Otra vez usted?”.
-“Disculpe señora- dijo Luis atorado –es que me está pasando una cosa muy extraña. Hace 5 minutos he salido de esta casa a por tabaco y…”
-¿De esta casa?- se apresuró a preguntar la mujer –imposible, ¿no ve que aquí vivo yo?.
Dicho esto la mujer hizo el amago de cerrar.
-Espere, por favor espere un minuto- dijo Luis intentando por todos los medios impedir que aquella mujer le cerrara la puerta –haga el favor de creerme. Déjeme entrar y le demostraré que esta es mi casa.
-¿Pero está usted loco?- preguntó enfadada la señora -¿piensa que voy a dejar entrar en mi casa a un desconocido? Haga el favor de marcharse si no quiere que llame a la policía.
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¿Qué? Ahora ya no me interrumpes ¿Eh? Ahora te parece interesante ¿Y si no sigo?¿Y si te dejo con las ganas de saber lo que pasa?, jajaja…está bien, no te enfades seguiré contándote lo que pasó.
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Luis intentó seguir explicándose pero la mujer no le dejó cerrándole la puerta en las narices. Su primer impulso fue el de volver a pulsar el timbre pero enseguida se dio cuenta que nada alcanzaría con eso.
Al final decidió llamar a la policía y esperarles en el descansillo fumándose uno de esos cigarrillos que le habían llevado a encontrarse en aquella situación.
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¿Cómo que lo del cigarrillo sobra? Lo meto para recordar al lector el por qué se encuentra Luis en esta situación. Yo creo que si es un dato importante. Anda, tu lee y no interrumpas más.
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La policía llegó y Luis les contó que había salido a por tabaco y cuando volvió se encontró que en su casa vivía una señora que no era su mujer y que no le dejaba entrar.
Los dos policías se miraron y no muy satisfechos con la historia procedieron a llamar al timbre. La mujer abrió.
-Disculpe señora las molestias pero es que nos ha llamado este hombre y dice que vive aquí ¿podemos entrar para salir de dudas?, está en su derecho de no dejarnos pasar.- La señora miró a Luis luego miró a los policías y les dio el consentimiento para entrar.
Cuanto más se adentraban en aquella casa más claro estaba que Luis no vivía allí. No había ninguna prueba que lo certificase. Hasta el propio Luis lo reconoció.
-Salgamos de aquí- dijo cabizbajo –lo siento señora estaba confundido.
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No seas impaciente, ya falta poco déjame terminar ¿vale? Deja que te cuente el final y luego dices si te gustó o no.
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Los policías se fueron. Luis caminó por las calles de su barrio sin saber que hacer.
Intentó llamar a su mujer pero en el número que marcaba contestaba otra persona. Fue a ver a sus amigos pero ninguno le reconocía.
Desesperanzado ya se dirigió a la estación dispuesto a coger el primer tren que partiera sin importarle hacia donde.
A los 10 minutos de espera en aquel oscuro andén llegó el tren que le alejaría de allí.
Subió y se dirigió al asiento que le correspondía.
El tren arrancó. Luis miraba por la ventanilla aguantándose las lagrimas.
Sacó un cigarrillo y lo encendió. A la segunda calada se le acercó el interventor y le dijo:
-“Disculpe caballero haga el favor de apagar el cigarrillo. En el tren no se puede fumar.”
Le miró incrédulo mientras apagaba el cigarro y fue entonces cuando no pudo aguantar más y se echó a llorar con todas sus ganas mientras estrujaba con todas sus fuerzas las dos cajetillas de tabaco que le quedaban maldiciendo la hora en que bajó a comprarlas y recordando la frase impresa en los paquetes que te advierte de los peligros que conlleva fumar.
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Si, se acabó, ya está, termina así, ¿Por qué me miras de esa manera?¿No te ha gustado o qué?...No, no pienso cambiar el final por mucho que insistas, si te crees tan ingenioso escribe tu un final mejor.
FOTO: Saul TM
6 Comments:
Jeje, me imagino un tren lleno de personas que un día fueron a por tabaco y sí quisieron volver pero… nunca pudieron, y todas las mujeres pensando que su marido era un cabrón… pobrecillo, será la maldición de los cigarros. Por si acaso voy a seguir sin fumar.
...a saber qué rezaba el paquete .... "Fumar produce IMPOTENCIA" ... como la que sentía el prota .. ... mmmm .....
Maca, el desenlace me ha dejado descolocado.
Estaba yo por alimentar una teoría más alucinógena.
Yo sé de uno que hizo 17 km andando para comprar tabaco. Al entrar en casa, ya no tenía tabaco.
Yo por eso siempre que salgo de casa me llevo el DNI
Porque has quitado lo de poder hacer comentarios aunque no seas de blogger?
Aiyana no lo he quitado yo, es una gracia que han hecho los de blogger, el primer mosqueado soy yo.
Siento la putada, espero que sigáis comentando.
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El cambio que han hecho los de blogger en la forma de comentar es una puta mierda.
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