12 noviembre 2007

DE CAMINO AL TRABAJO (II)

Llevaba recorridos 5 kilómetros cuando decidí parar cansado ya de andar sin saber hacia donde.

La vegetación cada vez era más espesa y la niebla poco a poco se iba disipando. Me senté en una roca dispuesto a reconsiderar la decisión de seguir hacia el interior ¿Y si no llegaba a ninguna parte? Quizá debiera volver, aquí igual no me encuentran nunca.

Cuando me disponía ya a volver sobre mis pasos un ruido que provenía del interior de la rotonda me hizo cambiar de opinión.

¿Era música aquello que se escuchaba? Esperanzado por aquella novedad eché a correr en dirección al sonido.

Sí, era música lo que estaba oyendo. Parecía que la suerte iba a cambiar.

No fue así. A los pocos metros tuve que parar por que una gran pared de arbustos frondosos me impedía seguir.

Caminé hacia un lado y hacia el otro en busca del final de aquellos arbustos pero nada, ningún vestigio de entrada.

De nuevo estaba hundido, poco había durado aquella vía de escape, otra vez perdí la esperanza.

A mis pies el suelo pareció temblar. Di dos pasos atrás y del suelo se abrió una compuerta camuflada por la cual apareció un hombre.

-“Síguemé”- me dijo desapareciendo por donde había venido.

Me asomé por aquel agujero en el suelo y decidí hacer caso a aquel sujeto pues no se me ocurría que otra cosa hacer.

Seguí a aquel individuo por el estrecho túnel. Había que ir a gatas. Se ve que él tenía más práctica pues se movía con bastante más soltura que yo.

Después de gatear durante unos 10 minutos apareció una luz al fondo, razón que me bastó para acelerar el avance. El hombre que me precedía desapareció y llegué yo solo hasta aquella trampilla de rejilla. No me lo pensé dos veces y ni corto ni perezoso la empujé con todas mis fuerzas.

La rejilla salió despedida hacia un lado y yo asomé medio cuerpo. Pude ver una sala donde cinco hombres trajeados me esperaban alrededor de una mesa.

-“Ah! Está usted aquí”- dijo uno de los hombres –“Siéntese por favor, le estábamos esperando”.

Salí del agujero, me sacudí un poco la ropa y me senté donde me indicaron.

-“Señores…”- dijo de repente uno de los hombres mientras se levantaba –“Les presento a su nuevo compañero de trabajo”.

Todos me miraron y se levantaron saludándome. Yo les estreché la mano uno a uno sin creerme todavía la situación que estaba viviendo.

Así fue pasando mi primer día en el nuevo trabajo. No me atreví a preguntar a nadie por lo sucedido y mi única preocupación era ¿Cómo sería el camino de vuelta a casa?



FOTO: GilleDes

11 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me tienes intrigado...

Por lo menos ya está resuelta una de mis dudas.

13 noviembre, 2007 22:30  
Anonymous Anónimo said...

Si que eres valiente... para día me meto yo ahí... bueno ya dirás de que es el trabajo... no se creo que nos vas a sorprender

14 noviembre, 2007 12:29  
Blogger Macacolandia said...

...estooo....

14 noviembre, 2007 15:50  
Blogger Macacolandia said...

no puedo seguir hablando del caso... me vigilan...y además no se que me hicieron que no recuerdo nada del camino de vuelta a casa...siento decepcionaros pero ese era el final de la historia...quizá más adelante...cuando dejen de controlarme...pero no se, no se...la culpa es mía por no poner lo de FIN.
jejeje.

14 noviembre, 2007 15:52  
Blogger Elisa said...

Chico, estoy por llamar a Mulder y Scully porque seguro que todo tiene que ver con una trama del gobierno y la ocultaci�n de la existencia de ovnis.

14 noviembre, 2007 17:00  
Blogger Caelio said...

Déjame especular con la función de tu nuevo trabajo.

¿Has de llevar traje y corbata?.
¿Te sientes vigilado?.

Huye, no eres libre. No importa el estatus que te pueda conceder tu traje y tu corbata. Tu libertad es frágil, amigo, huye como puedas.

inquietante relato, Maca

14 noviembre, 2007 23:41  
Blogger natalia jt said...

hombre, los primeros dias de trabajo son feos, pero tampoco hay que ponerlos así de tenebrosos y misteriosos...entonces ya se ha acabado?? yo que tenia mi propio fin,,,,jajaja

16 noviembre, 2007 13:58  
Blogger Macacolandia said...

Pues cuenta, cuenta

16 noviembre, 2007 15:17  
Anonymous Anónimo said...

aaaaha! Eres un funcionario publico y no nos decias nada!! Los laberintos del poder son muchos. De la burocracia son mas aún. :)

17 noviembre, 2007 02:41  
Anonymous Anónimo said...

Vuelve al redil el que no tiene perdón ni vergüenza ni excusa por no dejar comentario desde hace mil.

Como siempre, Sr.Macaco, lo cotidiano es lo más temible y peor que trabajar poco hay.

No se me ocurre mejor lugar que un subterráneo para un trabajo de corbatas y sonrisas profident...

19 noviembre, 2007 20:36  
Blogger PeSeTuCa said...

Intrigada que me dejas ... quero mááás !!!! ;)

22 noviembre, 2007 11:28  

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