Sobran las Palabras
Cuantas palabras mal empleadas tuve que escuchar.
Cuantas frases sin fundamento salieron de su boca.
No puede ser, algo interesante tendrás que decir.
Todo el mundo tiene algo que decir.
No te molestes en contestarme una mentira si no suena bien fonéticamente.
No dudes en callar si lo que vas a decir suena mal.
Seguía articulando sílabas, construyendo frases, unas encima de otras, sin comas, sin puntos, sin pausas para coger aire. ¿Te estás escuchando?, sin duda, no. No la importaba como sonaba.
Sus labios de repente se cerraron sellando palabras a medio pronunciar. ¿Ya has acabado?, intentó decir que no, pero no pudo. Movió la cabeza de un lado a otro.
Hubo un silencio forzado en el que las palabras se agolparon hasta sus labios, haciendo fuerza para salir. Se asustó, pero al final la boca se abrió y salieron todas las letras en estampida, mezcladas unas con otras sin significar nada.
Se llenó la habitación de letras, y antes de que nos diera tiempo a recogerlas ya se había comido alguna el gato.
Le cogimos y le pusimos en la mesa haciendo que nos mirara, “escupe”, el gato nada, “escupe”.
Pasan los días y el gato ni escupió ni dijo nada, así que olvidamos el incidente.
Desde ese día no se tropieza con las palabras, no las deja caer, aunque cada vez que habla, el gato acecha debajo esperando un desliz y que caiga alguna letra que pueda llevarse a la boca.
Cuantas palabras mal empleadas tuve que escuchar.
Cuantas frases sin fundamento salieron de su boca.
No puede ser, algo interesante tendrás que decir.
Todo el mundo tiene algo que decir.
No te molestes en contestarme una mentira si no suena bien fonéticamente.
No dudes en callar si lo que vas a decir suena mal.
Seguía articulando sílabas, construyendo frases, unas encima de otras, sin comas, sin puntos, sin pausas para coger aire. ¿Te estás escuchando?, sin duda, no. No la importaba como sonaba.
Sus labios de repente se cerraron sellando palabras a medio pronunciar. ¿Ya has acabado?, intentó decir que no, pero no pudo. Movió la cabeza de un lado a otro.
Hubo un silencio forzado en el que las palabras se agolparon hasta sus labios, haciendo fuerza para salir. Se asustó, pero al final la boca se abrió y salieron todas las letras en estampida, mezcladas unas con otras sin significar nada.
Se llenó la habitación de letras, y antes de que nos diera tiempo a recogerlas ya se había comido alguna el gato.
Le cogimos y le pusimos en la mesa haciendo que nos mirara, “escupe”, el gato nada, “escupe”.
Pasan los días y el gato ni escupió ni dijo nada, así que olvidamos el incidente.
Desde ese día no se tropieza con las palabras, no las deja caer, aunque cada vez que habla, el gato acecha debajo esperando un desliz y que caiga alguna letra que pueda llevarse a la boca.
14 Comments:
Y es que estos gatos son así, acechadores y golosos... ojo con ellos, los amo, pero tengo cuidado, es su naturaleza! Muy bueeno! Saludos!
Lo que demuestra es que si había alguien que apreciaba sus palabras, y que eran para él dulces como la leche... para el gato si tenían sentido... menos da una piedra.
Si el gato se come las letras y hace una buena digestión ¿cagará frases? muchos políticos lo hacen, sus frases son autenticas cagadas.
je,je,je
no, es grave?
Más que azul, el gato se puso morao...
a veces las verdades suenan tan mal...
mejor una sopa de letras
Quizas no sea grave, peor huebiese sido que se hubiera comido letras del piso, esas si que sientan mal y a mi me ponen negro.
Jejeje!! Que buen post :)
SAlu2 TÓXIK
A mi gata, que hace años que pasó a mejor vida (no, eso es para las personas, los mimados gatos caseros es imposible que vivan mejor) lo que le gustaba era relamer los botes de yogur...y alguna vez la habíamos pillado coméndose el pan de centeno. ¡Esos gatos son unos lunáticos!
yo cada vez lo flipo máis con los gatos, este animalejo cada vez me cae peor, solo me caen bien los gatos de los colegas!!!
Vaya usted a saber, quizás el gato esté formando su propia palabra y solo le falte una letra, sería increíble cuando se la oyeran decir.
La verdad es que a veces si que veo al gato con la palabra en la boca y una vez me pareció verle asomar por la boca el rabito de una q.
Mi gato más que comer letras dedica horas y horas a dormir...
parece que duermen pero nooo, meditan sobre la correcta colocación de las letras por si un dia tienen algo que decir.
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