EL BALÓN DE JUAN
Siempre jugábamos con el balón de Juan.
Si no nos dejábamos ganar se lo llevaba.
Un día que estábamos jugando con el balón de Juan, llegó un niño que no habíamos visto antes, con otro balón.
“¿puedo jugar?”preguntó. “No”, respondió rapidamente Juan, “somos pares”.
Los demás no dijeron nada, se quedaron callados delante del niño mirando su balón.
“!Vamos!”, gritó Juan a todos, “¿a que esperáis?”
Por fín uno de los niños se atrevió a hablar con el nuevo, “¿si jugamos contigo y con tu balón te tendremos que dejar ganar?”. “No necesariamente”, respondió. “Entonces sí que jugamos contigo” dijo otro.
Se pusieron a jugar y Juan muy enfadado se cansó de jugar solo y se marchó con su balón.
El nuevo amigo (que se llamaba Felipe) no era tan egoísta y no se enfadaba si perdía.
Habían pasado dos semanas sin que Juan apareciera por allí, hasta aquel día que e presentó muy sonriente y sin balón.
“Hola”, saludó a los demás que pararon de jugar y se acercaron, “cuanto tiempo”. “Sí”, respondieron los otros, “¿Quieres jugar?”.
“No”, respondió sonriendo, “no voy a jugar ni yo, ni vosotros”.
Los demás niños le miraron extrañados.
“Mi papá compró este terreno y va a construir un rascacielos, así que ya no podréis jugar con vuestro balón”. Diciendo esto se fue riendo. Los demás miraban tristes como se marchaba Juan.
Al día siguiente se presentaron los camiones y las excavadoras y los niños observaron detrás de las vallas con el balón debajo del brazo como llenaban de agujeros lo que hasta ese día había sido el campo de fútbol.
…
Han pasado los años y allí sigue el gran rascacielos. Los niños ya no son niños, pero siguen viviendo en el barrio.
La situación no ha cambiado mucho. Juan heredó la gran empresa de su padre y nosotros somos sus obreros, todos menos Felipe al que Juan no contrató.
Otra vez jugamos con el balón de Juan, y si no dejamos que siempre gane cogerá el balón y se irá como antaño, pero esta vez no llegará Felipe con su balón, esta vez no habrá más balones con los que jugar.
Siempre jugábamos con el balón de Juan.
Si no nos dejábamos ganar se lo llevaba.
Un día que estábamos jugando con el balón de Juan, llegó un niño que no habíamos visto antes, con otro balón.
“¿puedo jugar?”preguntó. “No”, respondió rapidamente Juan, “somos pares”.
Los demás no dijeron nada, se quedaron callados delante del niño mirando su balón.
“!Vamos!”, gritó Juan a todos, “¿a que esperáis?”
Por fín uno de los niños se atrevió a hablar con el nuevo, “¿si jugamos contigo y con tu balón te tendremos que dejar ganar?”. “No necesariamente”, respondió. “Entonces sí que jugamos contigo” dijo otro.
Se pusieron a jugar y Juan muy enfadado se cansó de jugar solo y se marchó con su balón.
El nuevo amigo (que se llamaba Felipe) no era tan egoísta y no se enfadaba si perdía.
Habían pasado dos semanas sin que Juan apareciera por allí, hasta aquel día que e presentó muy sonriente y sin balón.
“Hola”, saludó a los demás que pararon de jugar y se acercaron, “cuanto tiempo”. “Sí”, respondieron los otros, “¿Quieres jugar?”.
“No”, respondió sonriendo, “no voy a jugar ni yo, ni vosotros”.
Los demás niños le miraron extrañados.
“Mi papá compró este terreno y va a construir un rascacielos, así que ya no podréis jugar con vuestro balón”. Diciendo esto se fue riendo. Los demás miraban tristes como se marchaba Juan.
Al día siguiente se presentaron los camiones y las excavadoras y los niños observaron detrás de las vallas con el balón debajo del brazo como llenaban de agujeros lo que hasta ese día había sido el campo de fútbol.
…
Han pasado los años y allí sigue el gran rascacielos. Los niños ya no son niños, pero siguen viviendo en el barrio.
La situación no ha cambiado mucho. Juan heredó la gran empresa de su padre y nosotros somos sus obreros, todos menos Felipe al que Juan no contrató.
Otra vez jugamos con el balón de Juan, y si no dejamos que siempre gane cogerá el balón y se irá como antaño, pero esta vez no llegará Felipe con su balón, esta vez no habrá más balones con los que jugar.
14 Comments:
Siempre habrá balones con los que jugar y a pesar de que la vida está llena de Juanes...ninguno de ellos me domina!
Besitos!
Uy! Que triste se me ha sonado este post... :( Oye, tienes algo en contra del nombre Juan? Ya segunda vez que sale en el papel del malo. Saludos!
dicen unos cuantos que jugar no lleva a nada: hay que pelear. Otros que la era de los balones ya pasó. Estamos en la era de los rascacielos. Lo unico que sé és que este Juan era una bestia, no?
Hostia que buen relato! y qué cojonuda la metáfora. Esos puñeteros Juan jamás quisieron aceptar que no eran buenos jugando al fútbol, y que solo tienen poder, puesto que si él no son nada. A veces, a nosotros, se nos olvida enseñarles eso... y por eso siempre ganan.
cazadora: hay menos Juanes que balones por fortuna, pero los JUanes que hay cada vez son mas fuertes.
A y D: Juan es el nombre que uso para todos mis personajes de los cuentos, sean buenos o malos (como fulanito o menganito), no es por meterme con los Juanes.
Maray:Juan llegará lejos, va a llegar un momento en que haya que jugar al balón en las azoteas de los rascacielos.
Bito: Mientras los demás jugabamos al Futbol los Juanes se preparaban para dominar el mundo.
Fijo que ese Juan es el que hace el anuncio del Escatérgoris...
Estoy por llevarme a Juan a un relato de los mios, para que tenga una pronta muerte.(como tantos otros)
¿Me da usted su permiso?
Qué triste es la vida de los Juanes de este mundo, que no tienen amigos verdaderos, sólo gente alrededor que, o le teme demasiado para llevarles la contraria, o están a su lado por puro interés, con lo que no les llevan la contraria.
Una verdadera pena que no haya más Felipes con balones con los que jugar.
Buen post, me gustó mucho.
Saludos variados.
Aiyana: Juan no hace anuncios, Juan paga para que se los hagan.
Mamen: donde hay Felipes siempre aparece un Juan, las huelen todas.
Gavanido: Le doy a usted mi permiso entero, con tal eso si que haga desaparecer el cadaver y que parezca un accidente.
Pablo: A mi no me dan pena los Juanes, ellos se lo buscan, no van a ser todo ventajas.
un saludo a todos.
siempre estamos jugando con un balon. pero nosotros lo sabemos pero el tal juan no. porque hasta el tiene que dejar ganar a alguien...
Que joputa el juanito este xD
Lo único que se me ocurre es jugar con el balón de Juan... Por ejemplo metiéndoselo por el culo... ;-)
Un blogsaludo.
En caso de servidor, Juan se hizo policía local.
Lo de este hombre era vocacional.
He vuelto a leer esta fábula, y me sigue gustando.
Creo que ya te hice un comentario, pero, puesto que no aparece...
Un beso
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